El Desván
Este espacio muy “estilizado” ostenta la estampa del hijo ebanista y del padre arquitecto. Éstos realizaron toda la decoración y una buena parte del mobiliario.
El salón esquinero con sus sillones “rojo y azul” de Ritweld, el escritorio de esquina y su gran mesa, y una gran cama queen de 180 cm. con espalda imponente y reflectores luminosos, dan a este sitio su fuerza tranquila y bella armonía.
Vanos amplios de aperturas diseñadas permiten apreciar plenamente la vista grandiosa del Puerto de Miramar, la costa, el mar y las islas de Lérins.
Al crepúsculo, las ruinas del monasterio fortificado se agarran de los últimos rayos de sol, cuando todo el resto del paisaje se desvanece en la sombra.